Medicina Estética: Cirugía Plástica sin Cirugía

El envejecimiento cutáneo es un proceso innegable que va modificando el aspecto y las características de nuestra piel.

Factores como la edad, las hormonas, la exposición al sol y el tabaco están ligados directamente a este proceso. Los tratamientos estéticos, logran frenar este envejecimiento celular y pueden a su vez asociarse a cualquier cirugía de rejuvenecimiento facial.

El Dr. Casado y su equipo cuentan con una unidad dedicada en exclusiva a los tratamientos de medicina estética, que ofrecen resultados excelentes sin necesidad de cirugía para muchos problemas comunes. Un equipo altamente cualificado dedicado a la piel, a la salud y a la belleza que busca como fin último, fieles a la filosofía del doctor, la plena satisfacción del paciente con su resultado y ofrecen una gama completa de soluciones integrales que cuidan la juventud de la piel y garantizan un aspecto radiante y duradero.


Toxina Botulínica

El tratamiento con Toxina Botulínica es uno de los procedimientos más demandados en la Medicina Estética actual, siendo la técnica no quirúrgica que más ha aumentado en los últimos años para prevenir las arrugas de expresión.

La Toxina Botulínica se administra por vía subcutánea y bloquea la conducción nerviosa, reduciendo la actividad de los músculos y glándulas sudoríparas.

En Medicina Estética, está especialmente indicada para suavizar asimetrías y arrugas faciales causadas por la hiperactividad muscular. Se recomienda especialmente para zonas localizadas como la frente, el entrecejo, las patas de gallo, la comisura de la boca y las bandas centrales del cuello, es decir, para la reducción fundamentalmente de las líneas de expresión del tercio superior del rostro.

Correctamente administrado, resulta idóneo como tratamiento preventivo de la aparición de arrugas y para producir un efecto lifting en cejas, punta de la nariz, línea mandibular o comisura de la boca.


Ácido Hialurónico

El ácido hialurónico se inyecta donde no hay músculo justo bajo la piel donde está la arruga. Crea un “colchón” que consigue reducir visiblemente las arrugas, los pómulos que tienden a caer o hundirse y disimula de forma muy eficaz los surcos nasogenianos muy marcados. Su utilización previene la formación de radicales libres y por tanto del envejecimiento.

Es un material reabsorbible, es decir, su reabsorción es progresiva, por lo que su duración es limitada en el tiempo, oscilando entre 12 a 18 meses.

Por esto lo utilizamos para la hidratación de la piel, puesto que reconstituye las fibras que sostienen los tejidos de la piel. Además de alisar los pliegues subcutáneos estimula la producción de colágeno, lo que multiplica y prolonga el resultado rejuvenecedor.

Combinado con otros procedimientos cosméticos de la piel, tales como los peelings químicos, toxina botulínica o microdermoabrasión mejora aún más los resultados. Esta combinación de terapias incluso puede ayudar a prevenir la formación de nuevas líneas y arrugas.


Peeling

Los peelings nos ayudan a acelerar la exfoliación natural de la piel favoreciendo así la eliminación de células muertas y promoviendo la regeneración celular incrementando la producción de colágeno.

La exposición al sol, el acné o el envejecimiento celular pueden dejar secuelas en el rostro o transformar nuestra piel convirtiéndola en gruesa, porosa e irregular. Los peelings nos ayudan a recuperar una piel sana, tersa y libre de impurezas, atenuando arrugas y mejorando su aspecto y coloración.


Están principalmente indicados para:

  • Cicatrices y secuelas del acné
  • Arrugas superficiales y profundas
  • Alteraciones en la pigmentación
  • Poros dilatados
  • Pérdida de luminosidad facial
  • Manchas hormonales


En cuanto a las cirugías faciales, la mayoría de ellas requieren adicionalmente de una mejora añadida del aspecto y tersura de la piel, por lo que se valora cada caso individualmente y se decide si resulta conveniente la utilización posterior de un peeling.

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